«LA SIBERIA Y LAS VILLUERCAS EXTREMEÑAS» por Pedro Martín
Pedro Martin Ruiz
Licenciado en Derecho. Sociólogo
Análisis comarcal.
La Siberia se sitúa en el extremo noreste de la provincia de Badajoz, limítrofe con la de Cáceres, Toledo y Ciudad Real. Su relieve alterna “agrestes serranías, valles encajonados y onduladas llanuras” en la cota de 400-800 metros, siendo su altitud máxima de 940 metros. Los terrenos disponen de mucha arboleda y vegetación, dehesas y pastizales y en su mayor parte gozan de algún tipo de protección ambiental; muchos son de propiedad pública y existen numerosos cotos de caza y pesca. Destaca el Parque Nacional de la Biosfera que abarca 155.717 hectáreas y la Reserva Regional de Caza de Cijara con más de 25.000.
Está integrada por 17 municipios de la provincia de Badajoz en una extensión de 2.837 kilómetros cuadrados que suman cerca de 20.000 habitantes y una densidad media de 7 h/km2, a los que podemos añadir otros 8 municipios de la provincia de Cáceres, pertenecientes a Las Villuercas y en el límite con La Siberia, que ocupan una extensión de 1.545 kilómetros cuadrados, donde residen 7.700 habitantes y representa una densidad de 5h/k2.
Hemos considerado procedente su análisis conjunto porque comparten ciertas similitudes geográficas como prolongación de los Montes de Toledo con la Sierra de Guadalupe y el macizo de Las Villuercas, destacando su Pico de 1.603 metros, muy conocido por ser antigua base militar y disponer de helipuerto, así como porque fue el final de una etapa de la Vuelta ciclista a España en 2021 y por tener unas magníficas vistas panorámicas. También, esta zona comparte la influencia comercial y de servicios del área urbana de Don Benito-Villanueva y su adscripción eclesiástica a la Archidiócesis de Toledo, además de diversas características demográficas y de desarrollo, como veremos más adelante.
En total son 25 municipios en una extensión de 4.381 kilómetros cuadrados y unos 27.000 habitantes con una densidad de 6 h/km2, que representan menos de la mitad de la población de los años 60 del pasado siglo. En términos generales, se trata de núcleos pequeños y dispersos, de población ya envejecida, con poca industria y bajos salarios que en muchas ocasiones se sostienen gracias a las transferencias públicas y a diversas ayudas sociales.
Destacan la localidad de Herrera del Duque como pequeña cabecera comarcal y de actividades administrativas con 3.400 habitantes y Talarrubias con algo menos de población y donde radica el hospital de La Siberia, por cierto, infrautilizado por carecer de médicos especialistas. Dentro de Las Villuercas, la de mayor población es Logrosan con 1.900 habitantes que dispone de recursos energéticos y mineros, y Guadalupe con cerca de 1.800 habitantes que es un importante lugar de peregrinación al Real Monasterio, desde más de diez lugares de España, cuyos recorridos habría que seleccionar y adecuarlos convenientemente. También, podemos mencionar al municipio de Cañamero con 1.600 habitantes, sede del centro de interpretación del Geoparque, que es conocido por su buen vino de pitarra y por su preciosa playa con bandera azul.
Características comunes.
Como aspectos comunes a ambas comarcas nos encontramos con seis características fundamentales. La primera, la lejanía de cualquier área urbana (10.000 habitantes), más acusada en el caso de La Siberia, de aquí su actual nombre, antes llamada de Los Montes, y que dada las malas comunicaciones de todo tipo produce aislamiento y pocas oportunidades de progreso. En este sentido, llama la atención Helechosa de Los Montes que es el municipio de España más alejado de su capital de provincia, a 231 kilómetros de Badajoz, estando más cerca de Madrid a 213 km., capital del Estado.
Los centros de referencia comercial son las ciudades de Don Benito-Villanueva y Talavera de la Reina, las dos situadas entre 60 y más de 100 kilómetros, aunque para los servicios más básicos está la localidad de Herrera del Duque o Logrosan. Para los más avanzados o especializados, ya sea de formación, sanitarios, de ocio y cultura se acude a Madrid, que actúa como gran foco de atracción para toda la juventud.
La segunda característica es la despoblación, pues si bien toda la zona nunca estuvo muy habitada, el hecho cierto es que la construcción de los seis grandes embalses a partir del 1956, que son Cijara, Garcia Sola, Valdecaballeros, Orellana, Zújar y La Serena, los tres primeros con toda su superficie dentro de la comarca y los otros tres solo la margen derecha, ocuparon las mejores tierras por lo que muchos agricultores perdieron su medio de vida y tuvieron que emigrar.
Por otra parte, el excesivo proteccionismo ambiental, que dificulta toda clase de actividad económica, y otras causas de carácter general, provocaron el conocido éxodo rural hacia las grandes ciudades.
La tercera característica es el bajo nivel de vida de la población donde predominan los servicios de escaso valor añadido y las actividades agrícolas y ganaderas de poca viabilidad económica. Solo existe alguna industria relacionada con la madera, alimentación y bebidas o talleres de reparación, con las excepciones de una planta de embotellado de agua mineral, una planta de biomasa y varias plataformas solares, aunque no necesitan mucho personal. Todo ello se traduce en un PIB per cápita inferior al 75% de la media de la Unión Europea, lo cual se definiría como una zona menos desarrollada o deprimida.
La cuarta característica es la singularidad. En mi opinión, se trata de un espacio único porque con los seis embalses, si contamos el de Valdecaballeros, que se construyó para refrigerar la “non nata” Central Nuclear, constituye el reservorio de agua dulce más grande de España con casi 6.500 hm3 de capacidad, un 12% del total, que ocupan más de 30.000 hectáreas. De aquí que cuente con el mayor número de kilómetros de litoral interior y de playas fluviales de España, cinco de ellas con bandera azul, lo que indica la calidad del agua y dotaciones adecuadas para el baño. Además, todo este entorno goza de una gran belleza paisajística, en especial, en primavera y otoño con enormes extensiones de terrenos de un verde intenso, rodeados de agua dulce y arboleda, en medio de un silencio y tranquilidad muy gratificantes.
La quinta característica es su clara vocación para el turismo de naturaleza en todas sus modalidades. Se puede decir que más de la mitad del territorio tiene alguna figura de protección ambiental, destacando, además de las ya citadas, La ZEPA (zona de especial protección para las aves) y LIC (lugar de interés comunitario) de la Sierra de Siruela, la de la Serena y Sierras Periféricas, la de Puerto-Peña o la de Orellana y su ruta ornitóloga.
Otros atractivos para el turismo más concretos son el Corredor Ecológico del río Guadalupejo y en su desembocadura el paraje de La Isla con restos de un castro prerromano, el Geoparque Mundial de Las Villuercas-Ibores-Jara, el cerro de Masatrigo, el Puente de La Mesta, el Centro de Interpretación de los Robledillos, así como restos arqueológicos, pinturas rupestres, dólmenes, importantes roquedos con buitreras, y casi en el limite el Parque Nacional de Cabañeros de más de 40.000 hectáreas.
También, hay buenos alicientes para el turismo de carácter urbano con sus típicos pueblos, iglesias, conventos y casas solariegas, así como su variada gastronomía, ocupando el primer lugar la localidad de Guadalupe con su Real Monasterio del siglo XIV, declarado Patrimonio de la Humanidad, que es una verdadera joya arquitectónica.
La sexta característica es la rica biodiversidad de los ecosistemas por su flora y fauna, muy relacionada con todo lo anterior y, en especial, por la existencia de grandes fincas públicas y privadas, entre éstas la mayor de España de 18.000 hectáreas en Alía, algunas de difícil acceso y con aeródromo, además de por la mucha vegetación y agua y poca población e industrias.
En cuanto a la masa forestal, más bien en su parte norte, está formada por encinas, alcornoques, quejigos, castaños, madroños, robledos y pinos o eucaliptos de repoblación; junto con jaras, retamares, y plantas aromáticas. Más al sur predominan las dehesas, pastizales, cereales, olivar y algo de viñedos.
Entre el reino animal hay que mencionar las abejas con más de 200.000 mil colmenas, sobre todo, ubicadas en Fuenlabrada de los Montes y en las Villuercas, en este caso su miel con denominación de origen protegida D.O.P., así como ciervos, jabalíes, gamos, corzos, linces ibéricos o meloncillos. En sus embalses y riachuelos hay carpas, barbos, lucios, Black-Bass, nutrias, y otros peces como pardillas o colmillejas. Entre las aves, sobresalen los buitres leonados, águilas, halcones, lechuzas, cigüeñas negras, cernícalos, perdices rojas, palomas y tórtolas, aparte de muchas aves acuáticas.
Un trozo de la España vaciada.
Lo sorprendente es que tanto La Siberia como Las Villuercas forman parte de una enorme extensión homogénea por densidad de población y nivel socio-económico que constituye un prototipo de la España vaciada, olvidada y con ciudadanos, al parecer, de segunda categoría. El perímetro estaría delimitado, siguiendo las agujas del reloj, por las ciudades de Talavera de la Reina, Toledo, Ciudad Real, Puertollano, Cardeña, Pozoblanco, Llerena, Las Vegas Altas del Guadiana, Trujillo y Navalmoral de la Mata. Lo cual incluye parte de las provincias de Badajoz, Cáceres, Toledo, Ciudad Real y algo de la parte norte de Córdoba. Como accidentes geográficos destacables figuran Los Montes de Toledo y la vertiente norte de Sierra Morena.
En su conjunto se configura como una especie de rectángulo atravesado de norte a sur por la Nacional 502 a lo largo de 244 kilómetros desde Talavera de la Reina a Pozoblanco y por el centro de este a oeste por el ferrocarril de Puertollano a Castuera a lo largo de 163 kilómetros. En los límites del perímetro, desde Llerena a Trujillo por el oeste la distancia es de 188 km. y por su parte norte Trujillo-Toledo el recorrido es de 215 km; por el este desde Toledo a Cardeña de 233 km, por la nacional 420, y por el sur desde aquí a Llerena 170 km.
En definitiva, más de 40.000 km/2 algo parecido a la superficie de Extremadura, con una densidad de población inferior a 10 h/km.2, lo que en geografía humana se llama desierto demográfico. Este sería, en mi opinión, el tercer gran desierto demográfico de España, después de la ya estudiada Serranía Celtibérica de más de 65.000 km. que abarca territorios de las provincias de Burgos, Soria, Teruel, Cuenca y Guadalajara, y el también conocido de la franja fronteriza con Portugal, desde Orense hasta la costa de Huelva, con la excepción del área de la ciudad de Badajoz.
Ante las numerosas plataformas de protestas por esta situación, en el año 2021 el Gobierno aprobó un presupuesto por importe de 10 mil millones para la España rural y vaciada con cargo a los fondos europeos y, en especial, el Plan 100/30/30/, es decir, internet de 100 megas, 30 minutos para acceder a los servicios básicos, docentes, sanitarios-hospital, seguridad…y 30 kilómetros para llegar a una autovía, así como un
adecuado transporte público entre los municipios. Todo lo cual, hasta ahora, no deja de ser una utopía.
La solución no pasa solo con cumplir este Plan, mejorar la financiación o las infraestructuras sino, sobre todo, por crear empleos industriales y de servicios de mayor valor añadido o cualificados, así como potenciar auténticas cabeceras de comarca prestadoras de servicios a la población en un amplio espacio de influencia.
De lo contrario, el enorme desequilibrio territorial, ya existente, seguirá creciendo y más del 80% de la población ocupará el 20% del territorio. Pero ¿qué hacemos con el otro 80%? Se plantean varios interrogantes. ¿Dejamos la mitad para Parque Natural, abandonando su enorme y rico patrimonio inmobiliario y las actividades agrarias? Por otra parte, ¿Seguimos aumentando los graves problemas de la vivienda, la contaminación, la salud mental y la movilidad en la gran ciudad?
Agencia pública-privada.
Volviendo a Extremadura, estamos convencidos de que la situación socioeconómica de ambas comarcas y sus alrededores es muy mejorable, dadas sus muchas posibilidades de cambio y modernización. Toda esta zona ha sido tratada como “tierra de sacrificio”, que ha hecho posible el riego de las extensas vegas del río Guadiana, olvidada por parte de toda la Administración Pública y como sumidero de los gases nocivos de la gran metrópoli de Madrid. Esta deuda histórica, creo, que ha llegado la hora de que reciba una compensación, al menos, para detener la sangría de la emigración y fijar una población joven con mejores salarios y mejor nivel de vida.
En esta línea, proponemos la creación de una potente Agencia de Desarrollo de La Siberia y Las Villuercas de carácter público-privado, involucrando, también, a los grandes propietarios de la zona, algunos de ellos empresarios muy poderosos, para que gestione, transforme y comercialice todos los recursos naturales en productos finales o derivados, relacionados con el monte, la masa forestal y los embalses, como setas, esencias de jara y de plantas aromáticas, espárragos, colmenas, caza con granjas de animales, pesca con piscifactoría, corcho, castañas, madroños, madera, resinas, piñones o biomasa para pellets, corderos, cabritos, venados, jabalíes, etc.
Así mismo, realizar una fuerte promoción del turismo de naturaleza, tanto para escolares y jóvenes como para toda clase de colectivos nacionales y extranjeros con el fin de que conozcan y sientan los valores de la biodiversidad, mediante una selección de rutas y paquetes de ofertas, ya sea de senderismo, de los pantanos, recorridos fluviales, actividades deportivas náuticas, concursos y campeonatos de caza y pesca, visitas a los castillos, avistamiento de aves, observación de las estrellas o de la berrea de los venados y de restos arqueológicos y pinturas rupestres.
Sin olvidar el turismo urbano con especial énfasis en la localidad de Guadalupe, necesitada de una ambiciosa y rigurosa campaña de difusión y publicidad de todos sus valores a nivel de España, Europa e Hispanoamérica, teniendo a su Virgen como Patrona de Extremadura y Reina de la Hispanidad. Esto, combinado con la ruta de los embalses, quizás, sería lo más interesante para romper y alargar el turismo actual de fines de semana y fiestas.
Condición necesaria, aunque no suficiente para el desarrollo es disponer de una adecuada infraestructura de comunicaciones, tanto viarias como telemáticas. En este sentido, es vital que las nacionales N-430 de Mérida a Ciudad Real y aeropuerto, la N-502 desde Talavera de la Reina a Córdoba y la EX-118 desde su confluencia con la N-430 hasta La Nava se transformen en una primera fase en carreteras tipo “2+1” e, incluso, en autovías si se justifica en un futuro, todo lo cual facilitaría mucho el tráfico de nuestra región con Madrid, centro y parte del sur de España. Así mismo, sería conveniente una mejora substancial de los medios de transportes públicos entre los municipios, en especial, los que comunican con las localidades mayores prestadoras de servicios.
Por otra parte, habría que estudiar bien el megaproyecto Elysium City en Castilblanco y tratar de reactivarlo con ciertas modificaciones y de acuerdo con la empresa, de modo que no se tire por la borda todo el esfuerzo y dinero empleado en estos últimos cinco años. Creo firmemente que el lugar elegido reúne muchas ventajas para la instalación de un gran proyecto de turismo y ocio, pues ya cuenta la actual promotora con 17 kilómetros de litoral navegable en el embalse de García Sola y de unas 1.000 hectáreas urbanizables, dentro de un entorno natural con muchos valores medioambientales. En la actualidad dispone de licencia municipal para urbanizar los terrenos, aunque paralizada por temas judiciales.
Otros grandes proyectos a punto de ser una realidad y que pueden ser un gran revulsivo de cambio y mejora para nuestra amplia zona de estudio son la fábrica de diamantes sintéticos en Trujillo y la gigafactoría de baterías en Navalmoral de la Mata.
También, dicha Agencia se encargaría de atraer grandes empresas y talento, en especial emprendedores tecnológicos, para lo cual habría que mejorar las conexiones digitales, y, sobre todo, atraer promotores de energías renovables, ya sea para producir electricidad mediante plataformas solares flotantes o con estructuras fijas en la superficie de los embalses, ya sea de origen hidroeléctrico por bombeo convencional o reversible, o bien de origen eólico o derivada de la gran biomasa forestal existente.
En la zona ya vierten a la red la plataforma solar fotovoltaica de Valdecaballeros, la de Talarrubias o la solar térmica de Logrosan y en un municipio limítrofe la Francisco Pizarro de 590 Megavatios que ocupa cerca de 1.300 hectáreas y ha sido hasta hace poco tiempo la mayor de Europa. También, muy cerca sobre el embalse de Sierra Brava funciona ya una plataforma solar flotante.
Esta gran producción eléctrica actual y futura debería ser empleada, en su mayor parte, en los pueblos e industrias de la comarca, en la instalación de Centros de Datos y otras instalaciones de gran consumo de electricidad y agua, o para su transporte a través de la subestación de Valdecaballeros hacia el previsto Valle del Hidrógeno Puertollano-Mérida. Todo ello dentro de una política de desarrollo sostenible, buscando la compatibilidad y equilibrio entre las personas y el medio ambiente.
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